Es obra del arquitecto José de la Peña de Toro, a iniciativa del canónigo fabriquero José Vega y Verdugo, promotor de las reformas barrocas de catedral a mediados del siglo XVII.Tiene tres puertas, dos de ellas en la Quintana de Mortos y otra en la Quintana de Vivos; siendo estas : la Puerta Real (a través de la cual accedían los miembros de la realeza), la Puerta de los Abades y la Puerta Santa, aproximadamente en el centro de la plaza.
Así pues y en gran vista panorámica, podemos destacar las siguientes partes en la fachada:
Torre de reloj
Puerta de los Abades (acceso a la capilla de la Corticela)
La escalera que divide la plaza en 2 zonas: vivos y muertos
Puerta de la archicofradía del Apóstol : lugar donde se agrupan las entidades jacobeas de diversos países dedicadas al fomento de las peregrinaciones.
Puerta Real
La Fachada de la Quintana nace con el fin de dar un aspecto homogéneo y elegante a la irregular cabecera medieval de la Catedral.
Vega y Verdugo, encargó a José de la Peña de Toro empezar a “adecentar” ese lado de la catedral. Diseñó una típica y verdadera “fachada telón barroca”, que enmascara y disfraza homogéneamente con el nuevo estilo todo lo que esconde tras ella.
A él le debemos también la balaustrada que remata esta fachada, cambiando las preexistentes almenas, que contribuían a dar a la catedral medieval un cierto aspecto de fortaleza, por modernos pináculos coronados por bolas. Tras ella, un corredor a modo de balcón permite circular por encima del nuevo muro de cierre sobre la animada plaza.
Una consecuencia del cierre proyectado por Vega y Verdugo fue la integración de la Corticela, iglesia aislada hasta entonces, dentro del recinto de la catedral. Mantendría, no obstante, su carácter de parroquia independiente. Para acceder a ella desde la plaza se abrió en el nuevo muro la llamada Puerta de los Abades o de la Corticela, mucho más sencilla y clásica en su decoración que las anteriormente descritas.
La fachada barroca de la Quintana integró la Corticela en el perímetro de la catedral y cegó la estrecha calle que quedaba entre ambas iglesias.
En 1658 se inició, más o menos por debajo de la torre del reloj, la construcción de la Puerta Real. Su aspecto actual se lo debemos a Domingo de Andrade, quien la remata en el 1700 y la decora con sus típicos trofeos militares y sartas de frutas. Hoy día alberga la Archicofradía del Apóstol.
Como se ha mencionado con anterioridad, casi en el centro de la nueva fachada de la Quintana se encuentra la Puerta Santa que ha continuación será descrita con mayor detalle.
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