Monasterio de San Paio de Antealtares

El monasterio de San Paio de Antealtares fue el primero que tuvo la ciudad de Santiago, puesto que surgió en el siglo IX por deseo de Alfonso II, quien hizo venir doce monjes benedictinos para custodiar las reliquias del Apóstol. A finales del siglo XV serviría de primera sede del Estudio Viejo de Santiago, fundado por Lope Gómez de Marzoa, broto de la actual Universidad de Compostela.

Se accede al museo de Arte Sagrado a través de la iglesia del monasterio. La exposición permanente se divide en las siguientes secciones:

Sección de ofebrería, en la que se muestran piezas desde el siglo XV hasta el XX.

Sección de escultura, con una muestra de escultura en piedra y en madera. Dentro de la imaginería destaca un Cristo crucificado del Románico con características que revelan la transición al Gótico y que se data en el siglo XIII, y una interesante exposición de las diversas representaciones de la Virgen María, por el especial interés de las monjas benedictinas en la difusión del culto mariano.                                         

De su arquitectura actual destacamos el gran muro de cierre de las dependencias conventuales que da a la plaza de la Quintana, cuya belleza purista lo convirtió en el siglo XX en una arquitectura muy amada por la vanguardia. En su centro se dispone una gran lápida con una inscripción que recuerda al “Batallón Literario”, es decir, a un batallón organizado por estudiantes universitarios durante la lucha contra las tropas de Napoleón.

Al otro lado del edificio, se abre la fachada “Puerta de los Carros”, nombre que recibían en general las entradas principales de los monasterios por las que accedían los transportes que portaban personas o mercancías a su interior. En el caso de San Paio, la puerta es también conocida como “Puerta de la Borriquita”, ya que está decorada con un relieve de la Huida a Egipto de la Sagrada Familia, episodio en el que la Virgen aparece representada sentada sobre la borriquita.

La iglesia, que ocupa la parte norte del complejo y a la que se accede, como hemos dicho, desde la parte superior de las escaleras de la plaza de la Quintana, conserva su arquitectura y decoración barroca. Junto a la portada presidida por la escultura de San Paio, extraordinaria representación del niño-mártir que en su día llamó la atención a Federico García Lorca, destaca el conjunto de retablos del interior. Los 5 extraordinarios retablos barrocos, el órgano del s. XVIII y un pequeño Museo de Arte Sacro con numerosas tallas y objetos litúrgicos, desde relicarios y piezas de orfebrería al primitivo altar que habría acompañado al sarcófago del Apóstol Santiago, merecen una visita.




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Monitores/as

Sueiro Amor, Paula Trigo Charlín, Anxos Varela Mata, María Laura Vilasuso Rivas, Martín Grupo B3 - Grao en Educación Primaria